miércoles, 20 de marzo de 2013

Garbullo Sideral


Todos con sombras escondidas.
Algunos con sombras qué esconder.

Queriendo tocar la vida, a través una flor de hielo en medio del océano, para sentir, creer, pertenecer.

Pensando qué hacer con el tiempo que nos queda.
Sin saberlo queriendo conocer a un cadáver.
Que sin hilos, sin ayuda, sea testigo de mi constante asfixia.
Que me ayude a que esta noche, folclor de todos, me libere de lo que ya no quiero ser.

El fascista, creador de símbolos,
El artista, intérprete del duelo que emana de ellos.

Sin tiempo para poder parar,
sin apreciar,
sin resolver.

Quería sentir un ritual, ajeno y milenario, que me explicara todo lo que no soy.
Para así hacer más fácil el poder comprenderme.
Para ya no extrañar la falta de compromiso que tanto reí de niño.
Ya no más nostalgia por una vela, una caricatura o un cascabel.

Quería vivir contigo. Juntos. Amarrados. Ahogados. Exhaustos de sentimiento.
Prensado a una ceremonia de unión.
Jurado en testamentos y en mentiras todavía por ser inventadas.
Quería que fuéramos.
Fuéramos ayer más que hoy, más que nunca.
Privados en dualidad, socorridos en nosotros mismos.

Porque nuestras sombras se alargan y no sé si nos volvamos a ver.
Lloremos el habernos conocido y el despedirnos al mismo tiempo,
borrachos sin brújula y con prisa
que no saben si sus caminos si están en cruce o en el mismo lado de la carretera.

Que pasado el juicio del medio día todos habemos sombras escondidas.
Pero sólo algunos llevan sombras qué esconder.

No hay comentarios: