jueves, 24 de octubre de 2013

Gol de los Vencidos


Con las ganas que tengo de dormir se construyen los sueños.
Pienso cosas como ésa y otras. Nunca las digo eso sí. Me callo más fácil con un tarro de cerveza. Los demás siguen con los enchufados al partido. Para lo poco qué me importa me identifico con ellos, queriéndo ganar un inganable. Pero no hay manera de aventajarse a uno mismo. Lo intento yo y a su manera lo intentarán todos, sin embargo es sólo la raíz del odio a uno mismo. Ahora lo practico menos. También tomo más cerveza. Me queda la duda de qué tan cerca estaba del secreto. Me pregunto si tal vez debería de regresar a escarbar un poco más. Es peligroso. Se arriesga mucho por petróleo y por respuestas. También por eso decidí parar. Soñé un día a propósito. Me levanté me tomé un jugo y me regresé a la cama. Soñé queriendo. Ahí me caían las respuestas, llovían sobre mí. Como si fuera crudo estaba yo salpicado de manchas de absoluta verdad. Lo aprendía todo. Las filosas dudas de grandes hombres diluviaban sobre mí. Sin embargo, uno no puede soñar para siempre; no queriendo al menos. Supe que habría de despertar. Sentí el nervio de aprovechar este sueño al máximo. No supe qué hacer. ¿Qué se hace con todas las respuestas? Empantanado, espere a ser despierto. Me bajé de la cama y todavía alcancé a llegar al trabajo. Me escondí de mi mismo cada vez más a partir de aquella mañana. Ratos como éste, de televisión y cerveza, me entra la duda de si debería de volver. Tal vez sí había algo que rescatar, de mi al menos. Desde entonces vivo más tranquilo, con más sueño también.
Gol de los vencidos; han empatado el juego. Éstos aquí se vuelven locos y piden otra ronda para la mesa. En la pantalla se abrazan eufóricos, tanto jugadores como aficionados. Tanta prisa ha valido la pena. Hay que ver si logran meter el tercero. Quedan diecinueve minutos. Me dice el de a lado que lo van a lograr, que lo sabe. Yo le creo.
Tomo un trago, sonrío a medias, me despido de mí un rato y me enchufo al partido.
Con tantos sueños allá afuera no hay razón que valga para quedarse dormido.

No hay comentarios: