No hay peor estado que el sentir que tu vida no te pertenece. No hay peor manera de abordarlo que simplemente quejándose. La música, la literatura, el celuloide no deberían de ser la manera de estructurar tu miseria para hacerla parecer más comprensible. Los viajes sólo deben de realizarse sí la maleta deja algo porqué volver. La fiesta sólo es un adorno de tu trabajo. Los pasatiempos con trabajos llegan a ser eso mismo que su nombre indica. La rutina es cagarla, y cagarla más seguido y con menos imaginación. Cagarla de mil maneras también puede ser rutinizable. La familia no es a huevo y las relaciones no deberían de durar más de lo que deberían de durar. Cerati y Peter Gabriel ya no deberían de sacar más discos. La admiración debería de ser mucho más efímera. Los fotógrafos deberían de retratar menos y ayudar más. Debería de haber más ciegos y menos necios. La ortografía debería de ser más apreciada, sobre todo a la hora de pensar, no de escribir. El dinero debería de evaporarse. Sin importar todo lo dicho por grandes sabios, hay quienes, invariablemente deberían de haber muerto hace tiempo. La política, así como la medicina, debería de ser abordada sólo por los letrados en el tema. Los pendejos deberían de quedarse más en casa. Los blogs deberían de tener reglas básicas de convivencia y expresión para evitar cosas como esta. Menos etimologías y más mitologías. Los gringos deberían de chingarse a los gringos. Las mujeres deberían de ser más autoconcientes. Los niños deberían de llorar menos. Aquí sobra light y falta consistencia. No entiendo porque leer para provocar empatía. No veo la razón de querer ser como alguien que no eres tú, la negación es la perdición.
Y sobre todo no entiendo porque alguien, como tu y como yo, sigue huyendo de lo que quiere. Tomándosela fácil y evitando el conflicto. Dejando que la pereza gobierne las mañanas y el entumecimiento racional o sentimental las noches.
Ahora sí ya me dio sueño...
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