martes, 14 de febrero de 2012

Alfombra Delatora

"No. No me das asco. Ojalá me dieras asco. A tí te convendría darme asco."
Tiritando, la niña de veintitantos, acaba de rodillas.
"Llevo años trabajando en esto como para saber los riesgos que hay entre ustedes los sidosos y nosotros los caritativos no es acerca de salud o higiene."
El saca un pañuelo y se quita los tenues trazos de lápiz labial de la boca.
"Aprendí a la mala que el sida no es lo peor que me podrías contagiar. Tu verdadera enfermedad es de valores."
Su boca enmarcada de un rosa cosmético suelta un grito de humillación.

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