lunes, 10 de diciembre de 2007

Viendo con los ojos cerrados



Dentro de este plan perfecto, donde estamos obligados a ser quienes somos y ni un ser más del que se nos asigna; me escondí en una grieta para poder ser más que yo. Ahí el tiempo se olvidó de mí. Los pocos que me vieron huir negaron haberme visto o conocido. La luz misma me evitaba, mientras la oscuridad me volvía su sombra. Y ahí en la penumbra, escondido, olvidado y negado me encontraste. No sé si te escondías también o te perdiste en el camino, pero en tus manos todo parecía tener sentido. Avanzamos, cada vez más lejos de donde veníamos hasta toparnos con el final, la pared que abarcaba todo y todo. Cuando todos llegan al final era apenas nuestro principio, rompimos la barrera y dimos el paso a la nueva libertad. Ahí donde todo es como es y no como es y nada más es, ahí finalmente vi tu cara; y entendí que tenía que haber pasado por la oscuridad para poder sentirte como eres. No te pido más de lo que eres porque quien seas es lo que quiero que seas, y eso solo puede ocurrir del otro lado del plan perfecto.

Por todos aquellos que avanzan dejando sus huellas juntos: ¡Salud y Mucha Suerte!
Nosotros no damos pasos en trayectorias paralelas; nos aventamos de la mano al vacío...