miércoles, 31 de octubre de 2012

Between Bars 2


Now what? Now you're pissed at me?

The Look & a Sip.

You look mad.
I am mad.

At me?

At the world. I'm pissed-off at the world. () Because it's a world like this that allows you to believe people have nothing to be mad at you; that you have a right to feel proud; that lets you live unembarrassed.

Beer froth,
on the table,
on my moustache.

Pristine

The view...
The taste...
The perfume...
It was spotless.
- For you, this is paradise.
He shrugged and smirked.
Silence. Immaculate silence between us.
- Yes, of course. And what for you, it isn't?

- I don't need paradise.

martes, 30 de octubre de 2012

amoracero

La contorsionista que se enamoró del boxeador que tenía una hija cocinera que vivía de las visitas del mago que recién se divorció de la abogada que tuvo un amorío con el criminal que le robó sus joyas a la vieja que había conocido al presidente que le tenía miedo al mar que era protegido por la activista que guardaba el secreto del camionero que extrañaba al rockero difunto que le dejó todo a la del clima que era una esclava de su contrato que redactó el empresario que se ríe de su suegra que visita todos los días al doctor que odia al pizzero que es vecino del volcán que amenaza al campesino que sueña con la actriz que está triste por su hermano que fue abandonado por la contorsionista.

marteshoracero
marteshoracero
marteshoracero
marteshoracero
Un mes en la bolsa y ¿qué hay de nuevo?

lunes, 29 de octubre de 2012

Igual o más. De noche

El osito panda.
La papa frita.
El control remoto.
El noveno mandamiento.
El fleco sudaca.
La corbata de tu padre.
El bebé que es feo.
La musiquita pegajosa.
La carne cruda.
El ladrido nocturno.
La idea que emociona.
El chicle sabor frambuesa.
El basurero roto.
La que te gustaba en la prepa.
La última ola.
La pala mugrosa.
El chapulín en la tele.
La maquinita vieja.
El diente chueco.
La miel de luna.
El pelo en pecho.
El número seis.
El agente patógeno.
La amiga que nunca quizo.
El perfume de aeropuerto.
La muela picada.
El gol olímpico.
El uno-dos-uno-dos.
La cera natural.
La gemela carismática.
Todos y ninguno en lunes de angustia donde no el mal y el bien pasan de largo porque lo aburrido y lo glorioso son los canones matutinos.
¿Amanecemos como amanecemos porque soñamos lo que soñamos o porque nos desde la cama descuidamos el estado de alerta ante este mundo que gira?

miércoles, 24 de octubre de 2012

Mi abuela

Tomaba brandy de un vaso amarillento del uso. Analizaba su gesto frente a un pedazo de espejo. Con un rastrillo oxidado hacía el simil de un peluquero, pero yo no ví un solo pelo caer de esa larga barba. Las canas le caían al frente y al reverso de la cara. Rasgaban delicadamente la blanquecina camiseta de tirantes. Me concentré tanto en él que llegué a olvidar la situación. Regresé al momento con los alaridos de mi madre en el piso de abajo.
Me rasqué la pierna, como para hacer algo nada más; aunque eso mismo me dio comezón. Las causas y las consecuencias dan igual en días como estos. Una nueva oleada de amargura estaba por comenzar. Específicamente durante los estados más puros de la emoción, el ser humano sucumbe. No aguantamos lo vigoroso de nada. Suceden los ciclos, camadas de emoción que nos derriban o nos levantan y a los cuales nosotros tarde o más bien temprano les terminamos por dar la espalda.
La última hora allá abajo hasta se habían escuchado unas risas. Poco antes había subido a su habitación. Mi madre me pidió que lo siguiera. Yo con miedo me había quedado sentado en la zapatera al inicio del cuarto.
El seguía inspeccionando su embrollado vello facial, cómo si pensara en quitárselo con aquel pedazo de fierro sin filo. Era imposible. Se la arrancaría quizás. Era capaz de todo.
Yo no sabía qué ofrecerle, y en las agonías más jodidas del hombre el no saber qué o cómo entregarse es de las mejores. El estómago se me ceñía de la vergüenza. Alcé la vista: una mano jugaba con el tirante marrón y la otra se postraba en la ventana. Me fijé en su flácido brazo. Luego vi el mío: tierno, parejo.
En la sala, la tristeza ya estaba bien encaminada. El viejo veía por la ventana y recorría muchos años y muchos lugares con la mirada. Se escondía en recuerdos que sólo a él le pertenecían; que nadie jamás podría desmentir o confirmar.
Me dio miedo saber que para allá ibamos todos. Yo no estoy listo. Y quizás el fue niño también, pero hay unos que nacen listos. El silencio me acorralaba.
- Abuelo, ¿estas triste?
Lentamente volteó. Quitó su camisa de la silla.
- Cariño, la tristeza es un lujo que yo no me puedo dar.
Me sacudió el pelo con su mano pesada y se puso la camisa. Salió del cuarto y se abrochó los botones mientras bajaba las escaleras, dispuesto a rescatar a su familia del mar de llanto que le pertenecía a él y a nadie más.

Papúa

De la verde penumbra no va a volver.
Yo, tu accidente preferido, no voy a volver.
Estos caminos, todos,
no tienen retorno.

Recoge las ramas.
Afila la navaja.
Ponte cómodo.
Tararea tu propia seguridad.

Que sepas,
que nadie lo escogió,
que la culpa huyó.
Que nada va a cambiar.

Talla tu lanza
Grávale tu destino
Afila tu coraje
Aprieta las dudas de un pasado olvidado.

Porque habrás de matar.
Y quieres ser tú el único autor.
Que nadie se interponga,
entre la pica y el dolor.

Enfoca la ira.
Apúntate bien.
La víctima merece.
Su anhelo fenece.

La grandeza del matador.
Es la dignidad del que yace.
Por eso afila hoy y afila de día.
Haz tuya la punta y talla un cómodo mango.

Que en cada isla, la muerte sorprende
a todo aquel que no la hace su fiel compañera,
y para cada uno existe un silencio
que se dilata eternamente.

Trazar la vida.
Derramar la sangre.
Es de dioses,
de hombre verdaderos
y los fantasmas de ambos.

lunes, 22 de octubre de 2012

Entre el filete y el filamento

De un lunar a otro, sorteando los poros y las vellosidades; así estaba trazado su destino. Las tortugas son tortugas por su caparazón. Las aves vuelan por su plumaje. Yo que soy piel, mi lienzo color humano es el que me dicta. A dónde voy y cómo arrivo es tarea de mis ásperas plantas. La imaginación que se derrocha en mi sueños se esconde en mis retráctiles párpados. El pellejo alrededor de mis uñas son mis ganas de más, aferrándose a la vida, que se petrifica en pasado.
Mi piel, mi cáscara, respira profunda, indomable. Ebulle mis dolores y supura mis pasiones. Es mi dueña y mi frontera.
Por eso te pido que un día, no tiene que ser hoy o mañana, me desolles. Me descarnes y mi expandas, para diluir nuestros fines y hacerlos principios. Para que te acobije y me sientas.
Me entiendas.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Pacientemente

Atentó a la mente-
Fehacientemente-
Paciente mente-
Paciente miente-
Reto de su gente-
Pa'tentar la mente-
Fehaciente miente-
Fea siente mente-
Aliciente mente-
Bronca urgente-
Pacientemente-

El diez del diez

Soy el negro, pero no la sombra.
Fui ruidoso para ser claro.
Comí, tomé, pelée, sufrí, grité, corrí, guardé... de más. DEMÁS. DE MÁS.
Me frenaron cuando ya me había detenido.
Se confesaron cuando yo ya sabía.
Me odiaron.
Pero yo ya no estaba.
Algunos se sienten especiales,
otros diferentes.
Yo: específico.
Porque si no me entiendes, es un instante más que huye de tí.