sábado, 27 de diciembre de 2014

A donde no llega la libertad, reina la subordinación


El nombre del pastel es el dolor compartido.
Se parte con cuchillo de madera y al son de tus canciones favoritas.

Las velitas hoy, no las apaga nadie.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

CB UE RS AO


Aún despierto me imagino andando en aquella bicicleta que me regaló tu hijo...

Toco el piano. Me gusta ver el sol - desde la sombra. Soy un nervioso de clóset, miento con mi pulso hasta estar seguro que nadie me vea. Mis risas favoritas son sin dientes y a ojo cerrado. No me gusta cómo me veo, aunque me complace quien soy. Por las tardes me seduzco al ver reflejada mi silueta y desorientado trazo mi grandeza. Luego, aún a kilómetros de la realidad, me tropiezo en mi propia enredadera. Si se me cruza alguno lo saludo. Escucho a todos y su eco me sume en este tiempo, tejido tan finamente que el ritmo rasgado de mi existencia me mata pero tampoco permite que me desvanezca. Soy mis tristes secretos y mis planes no escritos deambulando sin prisa y con mal invertida paciencia.

Tú lo sabes, mi fantasma más estricto, más afectuoso. Esta noche vuelve a ser tuya después de un año, hemos cambiado.
Yo, tu encarnada decepción, te hace sentir amarrado a tu invisible trinchera. Sólo perdona el dolor derramado de ambos que se amalgama debajo del piso, en las grietas.

Orujo de ayer, que en mis labios de membrillo quiere articular un porvenir de astillas donde pueda besarla de nuevo a ella.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Memoria de Acuarela


Un hombre de una visión dotada alguna vez me dijo,
un consejo que a cualquier persona,
en cualquier lugar,
en cualquier momento,
le ayudaría a encontrar el sentido verdadero de su vida.

Ahora mismo no sé bien cuál era,
recuerdo haber estado ebrio cuando me compartió el secreto.

También estoy borracho en este momento,
no sabría decirte si sólo por eso no puedo ayudarte,
o si en verdad nunca atrapé aquella pepita de conocimiento;
y por eso llevo todo este tiempo ebrio.

No vale la pena esperar a que la memoria se desague, porque marchitarse a sí mismo es la primera muerte;
me dijo un hombre de gran visión que no recuerdo bien, pero estoy seguro que me compartió tal sabiduría en algún lugar, en algún momento.

Afecto, Efecto y Afección


Enfermedad curada (enfermedad sí, pero curada al menos)

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Enfocado


Se acabó el petróleo.
Se acabó el agua.
Se acabó el oxígeno.
Se acabó el sol el día que aprendimos a transformarlo en todas las carencias que habíamos creado.
Nos adaptamos a vivir con nuestros bienes y sin nuestro bienestar.
Desde que recuerdo ya todos llevamos nuestra máscara para el oxígeno, nuestro tanque para el agua y nuestra lámpara para la luz.
Dormimos, comemos, platicamos y reímos con ellas y en ellas.
Es que la vida no se acabó; tampoco el humor.
Hay quienes se dedican a desempolvar las libertades que ya nadie posee.
Otros dibujamos con el mismo hollín que tosemos.
Ahora que tengo quince soy responsable del importe semanal de mi máscara, mi tanque y mi lámpara.
Por eso ya nadie corre. Sale muy caro jadear, tener sed.
La lámpara se prende sólo cuando es indispensable moverse fuera del cuartel. En este mundo techado el tacto es la brújula más confiable, pero explorar terrenos desconocidos a veces merece la ayuda de hábitos pasados. Aquí adentro de vez en cuando hay un resplandor en los diferentes pisos, sin embargo, la penumbra gobierna entre los mismos individuos que nacen con la oportunidad de ser faros.
No es que nuestros tiempos no requieran de mirarse a sí mismos, es que no se necesita luz para lograrlo.

martes, 16 de diciembre de 2014

La risa del puticlub


Nos cagamos de risa, palmadas, paladas y patadas.
Exigimos los bailes que no intentamos,
qué abusados nos arrimamos a las abusadas.
No somos amigos, somos nuestros conocidos favoritos;
nos servimos pecados de noche y juicios de día.
Tú esperas a que llegue:
que llegue sin oler a alguien más,
que llegue sin haberme matado primero,
que llegue, si no hoy, algún día de estos.
Yo no voy a volver, ni contigo, ni conmigo.
Me distraen ellas, las moscas, los camaradas.
Son noches que duran la vida y endurecen el alma.
Son cubas amargas que no saben rico, y con embargos, embriagan.
Si ni el hambre me atiende, ¿qué me importan tus celos?
Si ya no me extrañas tú, qué extraño mono, colgado de un farol, ¿crees que soy yo?
Tú ya no me quieres pero yo prefiero tu desprecio,
ese que lastima...
ese que, en un puticlub, da tanta risa.



Mafioso'eloso'vergonzadoy'oto

lunes, 15 de diciembre de 2014

honor, dolor


Un día, después de haber pasado veranos inconcebibles y de haber sobrevivido a dilemas precisos, te preguntas:
¿Soy yo el único tan maldito, tan bendito?
¿De dónde nace este ego que nos consume, confunde?
¿Tendré tiempo suficiente para ser quien sé que ya soy o me quedaré colgado en este intento de apellido humanidad?
No puedo llegar así a la primavera. Si no crezco, perezco.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Zángano


Yo seré el carruaje aéreo no tripulado que merece tu alma
Muerdo tu horror para que secretes tu cansancio en mi espalda.
Este pálido rocío me torna escéptico, necesito de tu carga.
Zumbo en tu hartazgo, apeteciendo la ira que contra mí no disparas.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

cuandoseagrande


Mi primer deseo fue ser perro, arrullado por el sol y despertado a caricias.
Ya de chico imaginé ser canción; con guitarrazos profundos y alaridos diligentes.
Todavía niño, aspiré a ser una caminata eterna, que dejara huellas en la nieve y en la arena.
Un par de velas más en el pastel y mi pasión era convertirme en chamarra de piel, reservada y curtida.
Años emanaron y transformarme en tatuaje, correoso y subordinado a un lienzo más grande, fue mi gran misión.
Tuve que crecer y quisé ser el hoyo más profundo, a veces abstracto y a veces concreto, pero siempre monumental.
Hacia el final pretendí ser un secreto mal guardado, que en confianza se prometiera y a solas, frente al fuego o al mar, se exhalara.
Ahora el espejo está vacío; le caben deseos ajenos. Nunca supe dejar ir porque siempre fui yo el renglón vacío de aquellos magníficos e insignificantes caprichos.
Siempre fui yo el cambio eterno.

martes, 2 de diciembre de 2014

pavimentado


No le he conté a nadie cuando un coche me esquivó a 90kmph.
Nada sucedió frente a mis ojos.
No recordé, ni aprendí algo importante.
No sé si tengo la edad suficiente para que mis actos no se vayan sólo conmigo.
No veo de dónde sacar las ganas ahora que sólo tengo miedo.