miércoles, 26 de septiembre de 2012

explicarcinoma

Peggy96:
Una vez al año publico una foto de mi novio desnudo en Internet. Para obtener los retratos le pido que se vende los ojos antes de meterse a la cama. Al día siguiente la subo y semanas después, me meto a los blogs para ver los comentarios. Ver el deseo de otras a su cuerpo me pone muy cachonda. Las noches que me siento más atrevida dejo comentarios con pistas sobre donde lo podrían encontrar. Sé que el no sospecha nada porque antes de conocerlo yo no sabía mucho de las páginas pornográficas. Mi sorpresa llegó la otra noche que me pidió que me vendara los ojos. Al día siguiente vi la cámara en su escritorio. Tenía la memoria vacía. Les pido que si encuentran una fotografía mía en cualquier portal me lo hagan saber. Soy fácil de identificar pues tengo una mancha de nacimiento en forma de Mickey Mouse por debajo del ombligo. Gracias. xxx.

Port elef o no

Todo empezó porque Sandra, la mejor amiga de mi esposa confesó haber comprado un vibrador. No sé cuantas copas de vino llevábamos o a qué temperatura estaba la conversación pero nadie se sonrojó si quiera. Es curioso como evitamos ciertas palabras hasta que se rompe la burbuja y después todos son entusiastas de repartir sus secretos.
Al final, hicimos una especie de sorteo donde cada quien anotó su fantasía sexual y la depositó en un jarrón. Cada pareja tomó un papelito y lo guardó sin leerlo. Sentía un novedoso cosquilleo cada que pensaba que alguno de ellos podría acabar realizando mi fantasía sexual esa misma noche. La cena no duró mucho después de la lotería.
Tania y yo salimos a casa entusiasmados tras semejante locura. La noche nos había puesto en un estado de delirio. La fantasía incluía un par de espejos y una cuerda. Hasta la repetimos (tres veces en una noche).
Y pensar que llevábamos año y medio sin dormir en la misma cama.

Nunca fui

Me arrancó el último botón de la camisa de una mordida. Así me di cuenta que la iba a recordar por más tiempo del que llevábamos de conocernos. No eran los ojos taimados que me volvían loco; tampoco las piernas a las que uno se aferra sin sentirse pillado. Era todo en el tono.
Lo descifré en como siempre cruzaba las fronteras con el pulgar antes de invadir con la palma entera. Yo desnudo, y ella, aún adornada de ropa, se recostó en el sillón.
La fui desenvolviendo con paciencia. Atrapé un lunar, lanzado a mitad de las costillas, objeto de mi fascinación. Su piel, tersa y sugerente, envolvía un sutil calor que me estrangulaba las ideas. Los huesos refugiados en esa cáscara exquisita, invitaban a imaginar una nueva música.
Las ganas de dominar van ganando terreno ante una silueta que clama placer. Las ambiciones de divinidad caprichosa bullen instintivamente. No es machismo. Es la furia ante lo imposibilidad de que dos cuerpos ocupen el mismo espacio.
Alimentaba mi soberbia zarpando su piel perfecta...
–Quítame la bombacha. –Musitó.
Fue increíble. Nunca la volví a ver. ¿Que si alguna vez fui para allá? Nunca; pero el idioma lo hablo perfecto.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Overline

Overline is a map
that is shredded
but it's still a map
for those who know
and those who trust
where they are headed.

Cáust

Atropellé a un payaso. No había nadie más en la calle. Sólo él y yo. Venía cambiándole al radio y de pronto una ráfaga de colores galopó sobre el parabrisas. Me quedé inmóvil. Escuché un pujido y mi alma volvió a respirar. Seguía vivo. ¿Pero qué? Me bajé del coche. Divisé un ramillete de globos verdes fugarse de la escena.
Finalmente entendí. Vi al payaso doliéndose sobre el asfalto. Dudé si debía enderezarlo. Le pregunté que si estaba bien. Alzó la mirada para odiarme un poco. Los moretones y la sangre se confundían con el maquillaje. La peluca escondía los raspones. Lo ayudé a incorporarse. Al parecer estropee sus zapatos pues a cada paso sonaba una bocina. Si así funcionaran siempre no lo hubiera atropellado. Apenas nos hablábamos.
¿Qué demonios hacía tan equipado a media avenida?
Me enteré de todas formas. Iba rumbo a la fiesta de mi sobrinita. Para ahorrarme más dramas conseguí a un mago; lo único disponible a esas alturas del sábado.

martes, 18 de septiembre de 2012

Descubriendo Neblina

El Consentido de dios le pidió que de una buena vez por todas partiera el mundo y separara lo bendito de lo maldito.
Fue así que los que ahora cohabitan el infierno tienen la mejor vista.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Debajo

La distorsión de las líneas de luz que bailan con las franjas azul celeste hipnotizan a Roge. El niño, después de cada clavado, se mantiene unos segundos de más por debajo del agua para disfrutar del paisaje desfigurado. Su rostro, con esos goggles y capturado por el gorro de látex, se torna alienígena bajo el agua y él lo sabe.
Los alaridos de Germán, el entrenador acapulqueño, poco importan en la fantasía submarina del chiquillo.
Nadie sabe que en lo alto del deportivo alguien los observa. Un bigote ambarino expulsa una calada de humo aniquilando la peste a cloro. La ceniza cae a un lado de la chancleta, sisea al tocar un ínfimo charco. El sujeto espía a los jóvenes atletas. Uno tras otro, se lanzan en tirabuzones desde el trampolín; para después sacudirse el agua dando saltitos en el piso. El suspiro vehemente que profana la sombra esta demasiado lejos de los oídos de Roge; pero también suficientemente cerca.
Son estratos de la misma realidad que están por fundirse.
Donde la ignorancia ya no protege, la amenaza se afila.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Miedo

Acompañé a Marisol a que fuera al baño detrás de unos matorrales. Fue ahí que escuché el rugido. El pánico se introdujo en segundos. La levanté del suelo pero después ya no supe qué hacer. Ella probablemente no había escuchado a la bestia porque me preguntaba "¿qué pasa Papi?" con una curiosidad demasiado saludable para la ocasión. Mi linterna temblaba en diferentes direcciones hasta que decidí apagarla, pensando que eso aumentaba nuestras oportunidades de sobrevivir. Cientos de propósitos apiñaban en mi mente y a la misma velocidad los descartaba. Frío. Inmóvil. Cayó el segundo gruñido, ligeramente menos amenazante. Yo continuaba petrificado cual árbol. Mi hija preguntó "¿Qué tienes Papi?" Con mucha honestidad y aún más vergüenza le respondí: "Miedo."
Escuché las pisadas ya a escasos metros. Prendí la linterna con una temblorina incontrolable. "¡Un perrito!" gritó Marisol. Mientras el can color miel le lame las botas a la niña yo me pregunto si ella se siente tan avergonzada de su padre como yo de mí.

O prime O

Hay dieciséis pisos de frustración de mi escritorio a la calle. Desde la ventana veo las cabecitas. La perspectiva le da un aire a videojuego. Intento controlar a alguno, pero nadie se deja; sólo las gordas palomas... por tiempo limitado.
De vuelta al monitor: noticias, fotos y buscaminas; para cuando tardíamente me entra la consciencia es hora de salir. Soy libre. Nueve estaciones de metro, repartidas entre la rosa y la azul, más cuatro cuadras y veintiún escalones: llegué. La corbata, pesada como correa, cae al piso. Las lucecitas haciendo cascadas entre los semáforos invitan a salir. ¿A dónde? ¿Con quién? Mejor pido pizza. Mejor no pensar en la libertad hasta mañana. Recojo la corbata.

gritito

Para el tercer día ya todas teníamos un bronceado, aunque yo lo sentía artificial, de prestado. No había pensado en la oficina pero aún así no sentía las vacaciones. Llegamos a un bar de bossa nova hecho íntegramente de madera. Llegamos demasiado maquilladas por lo que fui a lavarme la cara. De regreso del baño sentí su mirada pero voltear hubiera sido demasiado obvio.
Una hora después, el mesero me trajo un mojito. Lo mandaba él. Finalmente tuve un pretexto para revisarlo. Nada mal: tiene ojos de arena y mirada espumeante. Cohibida, como siempre, giré hacia mis amigas. Regina, emocionada, me empujó hasta él.
"Hola" le dije, aferrándome al popote.
"¿Cómo te llamas?"
"Sandra, ¿y tu?"
"Ricardo."
"Hablas..."
"Soy brasileño." Apreté las piernas para evitar sonreír ante la noticia.
"Sandra, quiero darte un beso." Me toma de la mano y me sienta a su lado. Me río y volteo a ver a mis amigas aterrada.
"No, ¿cómo crees?" Le digo, siempre que estoy en estas situaciones recuerdo que debería de tener una estrategia; al menos una técnica que no evidencie mi torpeza.
Me pone la mano en la cadera. Empiezo a pensar que debería de irme.
Me dice al oído. "Entrégate al cliché."
"¿A cual?"
"Estas con tus amigas en la playa, escuchando a Astrud Gilberto y tienes a un brasileño ansiando probar tus labios. Todos te estamos esperando."
Suena todo demasiado natural como para no pensar que le dice eso a todas las turistas. Suspira una risa.
"Si crees que..."
Con un beso lo interrumpo. Escucho a Regina y su gritito de emoción. Se acerca un poco más a mí y me sumerjo al limbo al que Ricardo lleva invitándome desde que llegué. Bajo los hombros y siento las vacaciones.

lunes, 3 de septiembre de 2012

S eeping Venom

(
The problem is not the void, it's the consequences.


(+rubén+)



domingo, 2 de septiembre de 2012

There is actually a good reason for everything

Stop answering your phone for a month and start enjoying the power of invisibility -||- It's like you're there... but no one cares.

El momento exacto donde todo se derrumba

Quiero ignorarte,
mientras me observas,
por horas,
y horas y horas y horas
por tanto tiempo
que vidas arranquen
y amores terminen
hasta que de repente
cuando yo quiera
y tu sepas que yo quise
te perdone.

Lord Barren

We were all inside the car. The wipers coming back and forth, back and forth. I got to deliberate in my gypsy mind how many forces were moving bodies of water. Water is my favorite element, I must confess, but I trying to be objective I still think it's the most important one. At least for mammals it should be. Whoever thinks it fire is just trying to act cool. Water conditions everything. Water gives and takes away life to e.v.e.r.y.t.h.i.n.g.
"So who the fuck is helping the moon?" I said. Then I chuckled. It was a good question.
She didn't even turn. "Stop it, OK?" Then she touched her forehead to show off her fatigue.
From the back seat. "Hey guys, how much do you think I should pay for a new fridge?"
My sweetheart replied something, a number I guess. All I could hear is the back and forth, back and forth.
I rarely have the conversations I would like to have.