lunes, 26 de diciembre de 2016

_mbsp


Decía hasta nunca pero en verdad tenía que haber sido un hasta siempre. Así fue como no se despidió de mi. Así será como yo muy pronto me haga al día imperceptible. Desde allá viene una avalancha de esferas volcánicas, listas para erupcionar en toda dirección: desde el aire, el agua y los dormidos. Son cascadas de luz que nadie cree que no ha visto.
Se crispa el momento para quien ha llegado su llamado. Lo que más eres no está aquí, esta allá arriba. Alza la vista. Afianza a tus nubes. Florece de noche y corre a la luna.
Hasta el día de hoy, descanso cuando te veo. Cierro los ojos cuando te escucho. Me aligero con tu respiración. Me hago fuerte de todo lo que eres y es imposible de percibir con los sentidos. Eres un vigoroso suspiro, a la vuelta del cielo, capaz de atormentar a mi hambriento diluvio.
Existe un fin. Lo ha habido siempre. Hace tiempo que no nos toca el nunca porque ya que nos hemos mirado, se hizo inseparable lo fugaz y lo eterno.

scor


Un rompecabezas completo es un festejo. Se enamora de sus logros y de la firmeza que genera la suma de sus piezas. Lo demás son construcciones de tamaño irrelevante. En ellas sólo sobresale el hueco. De ahí emerge el discurso que versifica parches para hacerle frente al vacío.

Un eterno zoom hacia la nada


Ahogados entre estatuas y estrategia, se hace oscuro desde temprano, ante el precio de tocar interruptores. Afuera hay una inaudible brisa que emana del puré de abanderados del caos.
Lo último colectivo será la angustia.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

un calendario para los muertos


Al año, en este planeta únicamente, hay más de un millón de suicidios (el 1.8% del total de muertes humanas). El 56.8% en el caso masculino (32.% en mujeres) es a través de un arma de fuego. De esos 638,641 suicidios, en promedio, menos del 0.1% son suicidios en los cuales un sujeto recién divorciado se mete un tiro en el baño con una Beretta Laramie .45 y esa misma noche, un ladrón se mete a robar la casa (*una tele Panasonic ochentera) y antes de encontrarse con el cadáver y sin caer en cuenta de su ofensa, tira la nota suicida por la ventana al embarrarle un sobreusado chicle de menta.
La estadística la sé por internet. La historia la sé porque el ladrón soy yo.
No me lo tomo a risa, ésta es mi nota suicida. Tampoco me parece exagerado quitarme la vida ahora yo. Hay cosas que son sagradas y uno no puede ofenderlas. No es que sea religioso. No lo soy; pero tampoco creo que hay que serlo para saber que la muerte es algo intocable. El recién divorciado se quitó la vida a cambio de dar un mensaje. Ignorante de su discurso (busqué la nota por la calle varias horas por la noche hasta que llegó la policía y tuve que huir [alguien tuvo que haber llamado después de oír el cristalazo por el que entré]), me parece que la única garantía de lograr la difusión correcta para que al menos el difunto predicador tenga la atención que se merece y no pasar como un suicida indescifrable cualquiera, es matarme a mi mismo y manifestar esta absoluta ironía para que algún retorcido periodista (al cual agradezco eternamente esta atención -ya que si otros ojos además de los míos leen estas palabras, es por su altruista labor-) publique la nota en un periódico amarillista (al cual agradezco, también eternamente, esta atención).
No conocí al suicida. Sin embargo, aún no siendo alguien religioso, siento que lo conoceré en unos minutos. No me mal interpreten, no creo que nos vayamos a dar la mano en un vaporoso edén o en un caluroso infierno; simplemente presiento que al estar de verdad en sus zapatos, conoceré sus máximas inquietudes y más profundas despedidas -materia prima básica de todo hombre moderno-.
Sin más, me retiro a pagar mi ultraje. Mi elección es y siempre ha sido una Ruger LCP 380. Al igual que mi desconocido más cercano, la regadera será el último paraje. Su última gran acción fue eliminar a un ladrón de este noble país y de este asombroso planeta. Espero que esta acción también me redima, no porque crea en el cielo o el paraíso, sino simplemente porque la justicia en vida me parece que es lo correcto.

Una sincera disculpa a mi arrendador. Dudo mucho que mis anacrónicas pertenencias vayan a cubrir el daño a la loseta.

P.M.

pd. Me rehuso a reescribir la carta de nuevo. Lo que estoy por hacer no es fácil y procrastinar o dilatar los deberes me parece que es el gran trastorno de esta era. Simplemente recordé, mientras cubría el espacio con periódico y siendo congruente con el penúltimo párrafo, que también ofrezco mi muerte a ser usada con un fin político que comprometa el exceso de poder que hoy en día las altas esferas del PRI, inclusive el Partido Republicano yanqui, poseen sobre esta fracción del continente. Digamos que este último fragmento es un talón que puede ser arrancado para dejar en pie el texto y mensaje original, o puede significar la desaparición de la nota completa (otra gran ironía tomando en cuenta el destino de la nota suicida que dio pie a esta segunda) y la significación antisistémica que le darás tú el orador.
El poder está en tus manos.
pd2. Querido orador, le suplico que una vez que escoja usted el camino a tomar y por ende, la significación de mi suicidio, elimine pase lo que pase, estos (y los consecuentes) post-datas de esta carta o la carta en su totalidad. Odiaría que estos últimos minutos con vida nada ocurrentes que estoy conllevando con la mayor dignidad posible, se convirtieran en un patético chiste de humor negro.
pd3. Si estoy rompiendo el pacto con el primer suicida, respecto a divulgar su mensaje, es sólo porque a partir de lo que vi en el, su hogar y la crisis mundial, considero que el estaría de acuerdo con el cambio de planes.
pd4. Si me estoy por suicidar, aún con el posible cambio de planes respecto a la retribución que estaba (o estoy) haciéndole al primer suicida, es querido orador, porque creo en los valores y como estos son fundamentales e intransferibles, independientemente de los resultados. Espero esté de acuerdo conmigo y, una vez más, le agradezco que me ahorre la vergüenza de ser leído como un suicida con 4 post-datas. Estoy en sus manos.

jueves, 15 de diciembre de 2016

de tamaño y de corazón


Si las madres de todos esos niños muertos hubieran sido asignadas al azar, el llanto hubiera sido el mismo. Era, y será por siempre, una nube de pesar que contagió a huérfanos, infértiles, divorciados, seniles y orates por igual. No había que hacer tierra para ser invadido por el escalofrío.
El desgarre era parejo. Como si las mesas de todo un país cojearan al mismo tiempo; como si las regaderas se hubieran coordinado para dejar a medio baño a todo un pueblo; como si algún ser ínfimo y travieso hubiera cambiado la azúcar por la sal en toda alacena de cada cuadra, cada distrito. A eso sabía el mundo en esos amargos rumbos.
Por otros lados se usaban las mismas palabras para describir achaques muy distintos. El idioma global los traicionaba. Lo que pasaba ahí no era digno de las palabras, o tal vez eran las palabras quienes se achicaban ante la ofensa encarnada que se disparaba sin descanso hacia los más niños, de tamaño y de corazón.

De donde vendrían aquellos quien sabe. La tierra había sido primero de la tierra, luego de la madre y antes de ser heredada al hijo, el rey se volvió asesino.

O algo menos.


Nos hace falta tener menos porque nos sobra vacío. Ya no hace falta ni tiempo, ni descanso, ni ofertas, ni llamadas, ni rebajas, ni actualizaciones para sentir que no elegimos lo que podíamos haber tenido y nos esclavizamos por querer poderlo. Me sobro yo de ti. Te abrumas tú de ti. Nos agotamos sin vernos y dormidos nos olvidamos, uno del otro y de lo aprendido ayer -que ya no importa porque hoy ahora es mañana-. Nos divorciamos de las manecillas; y de las cartas lindas; y de los ritos obligados; y de lo que sea que sea el antónimo de la siempre impositiva, nunca complaciente: moda. Me odia porque me odio y me odio por no ser quien me gustaría.
Lloran los abuelos y las guitarras que inventaron para llorar las elecciones que nunca tuvieron.
Sonríen los adolescentes a la cámara que inventaron sus padres para captar la espontánea alegría.
Queda, entre el cero y el uno, todavía un número por ser descubierto, aquel que ya no es vacío pero no alcanza ni la madurez, ni la entereza. No es tristeza, es algo más.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

laquelaquelmedicoseñale


Porque no siempre se puede ser astuto hay que decir lo obvio, pero tampoco hay que ser repetitivo porque eso aturde y sin embargo, no para todos es obvio. No que por saber lo que es magia negra para los invidentes de lo obvio uno se hace astuto. Así no funciona.
Lo que sí suele ser funcional es ser normal. Para eso hay que intentar vivir la mayoría del tiempo en el mismo lugar. O ser nómadas muy lentos. Como para irse cocinando a sí mismo en una escala de grises, grises personalidades sombría y discretamente agradando -nunca agrediendo- a otros grises. Es obvio y funcional. Ser normal. Pero así no impresiona.
Impresiona ser perspicaz, inteligente, astuto y diferente. Pero muy pocos los hay... o quizás hay demasiados donde uno vive. Para desmarcarse hay que emigrar, cocinarse a uno o de a dos para que lo natural de uno sea claro, que no es obvio y sea simpático, que significa ser grato en lo químico, que está en control de la ciencia del ser: el crecer hacia lo crecido y no lo torcido.
Por eso se educa, se construye, se inventa, se parcha, se compone, se invierte, se adorna, se limpia TODO uno. Es la magia del trabajo, que no tiene truco. Y hay que intentar trabajar, pero antes hay que intentar intentar y antes hay que despertarse temprano para que de tiempo de todo ello. *De labrar la ortografía, el buen aliento, la prudencia, la salud y el dominio de la canción del momento. Mucho se puede hacer por ser mejor y mucho no está siendo hecho en hacer querer a alguien más ser mejor de lo que ya es, no de lo que es para nosotros, sino de lo que es ella o el para ella o el en los ideales que ella o el escogieron imitar de ellas o ellos y crear a partir de los singulares vivencias que ella o el tuvieron con alguien másss.
Se puede, se vale, ¿se debe?, sucede querer ser mejor. Hay canciones, películas, personas, que nos motivan y nos hacer querer ser mejores. De nosotros para nosotros por otros. Y se puede aprender dónde van los acentos, se puede incorporar a la rutina el lavarse los dientes, se puede convencer de tomar más agua y menos cerveza, pero ¿se puede mejorar eternamente? ¿se puede trabajar la disciplina para tener la disciplina necesaria para generar el compromiso necesario para comprometer la disciplina de uno a ser mejor hasta el punto del máximo potencial con el que nacimos?
Porque hay de perfectos a perfectos. Hay de agradables a agradables. Hay de raros a rarísimos. Y de normales a aburridos. La culpa la tienen los papás de nuestros papás, de nuestros papás, de nuestros papás, de nuestros papás, de nuestros papás... y así hasta la culpa de algún mamífero que ¿qué culpa tiene?
La de tenernos no sólo imperfectos sino con capacidad limitada para llegar a nuestro potencial limitado. Somos la versión poco trabajada, ligeramente desordenada de un instructivo mialegría que, en gran medida, es incompatible con su tiempo porque fue programado por los que hoy son ancianos que fueron programados por los ya muertos.
De ahí el querer ser astutos, no querer ser obvios, querer funcionalidad y diferenciación sin el rechazo y la soledad; porque hay que compensar los milenios de todo esto en menos de un siglo y además hay que tener las ganas para pararse temprano a hacerlo.
Por eso el a primera vista, el ideal, el platónico, el imposible, porque sin que nadie lo esté intentando, ni queriendo, ni buscando, uno está con jactante y jugoso orgullo regalando, exponiendo, vaciando, revelando sus vacíos. Que son los que nos llenan. Que son los que motivan. Somos charcos de gasolina en busca de esponjas nada nuevas. Somos discos rayados que suenan a lo que los invita a ser una bocina vieja. Somos mapas con imperios caducos en las manos de analfabetas mocosos que no dejan de ver todos los colores que hay entre océano y océano.
Somos generosos de lo que nos falta y ligeramentemuy egoístas de eso que más amamos, que ya encontramos.
De gris ambición o ambiciones grises, somos obvios, lentamente nómadas y contra nuestra voluntad o intentos, muy astutos.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Semirremolque de seis ejes


Cuando me muera, y será de mañana y algo pronto, quiero que me entierren ustedes, los nunca cínicos y perpetuamente chapeados. Sólo pido que encima, como una piñata ultrajada se me vacíe de arroz, embutidos, linternas, bebidas para la seca y bebidas para mojarse; sus libros favoritos que nunca tuve vida para leer a tiempo y sus pelusas de ombligo para llevarlos cerca; un corán, un talmud y una biblia; un mapa de este mundo y otro de un lugar incierto; la correa de mi perro y la madera que sostuvo a ese sillón que me ganó en durabilidad el muy necio; un óbolo bajo la lengua y las gafas oscuras que jamás compré por temor a parecer mamerto; pero sobre todo, quiero una foto tuya para buscarte con ella si llegara a quedar ciego; y un recado dactilar que tatúes a mi tercer ojo, para que aún perdido por la eternidad, tenga la paciencia que me faltó en vida y que me tiene enamorado y muerto.

lunes, 5 de diciembre de 2016

changestrange


Before I knew about the Tomorrow Center for Tomorrow in downtown I read,
-jotted down on the back of a Chinese blue and white plastic imitation ceramic bowl-
'to know isn't to feel, and you shouldn't just know that'.