sábado, 30 de diciembre de 2017

chínguense a solas o a los ricos


Los drogados
Las mujeres
Las religiones
Los normales
Las oportunidades

El asco es elitista.
Primero va el dinero, luego la paternidad.

están esperando la cura.
nacen en desventaja.
al final son sólo una.
son para todos.
viven en depresión.

Epílogos y Humanidades


Saber que todos estamos solos es el verdadero acompañamiento.

bitúmen


Caminé con miedo. Cerca de la acera pero sobre el pavimento, para no delatar cobardía. La ropa se iba escurriendo sobre el lienzo negro de asfalto. Antes de llegar al final de la marcha ya todos estaríamos desnudos, y qué bueno. Hasta los más comprometidos, en algún estrato de su intelecto, se lamían los bigotes sabiendo que también había las acinturadas y los corpulentos entre los activistas. Si no tome la desviación hacia el puente fue sólo por querer formar parte de esa cadena de cuero. Desde los balcones de los edificios, los adinerados -con esos ojos tan perfectos que delatan su origen artificial- nos miraban. Hasta adelante ya no llegaban ni las pancartas, ni las fotos, ni los altavoces. La doble gravedad, con la que intentaban frenarnos, empezaba a hacer estragos y cada paso requería de concentración y esfuerzo total. Cualquier tropiezo llevaba al caído a que más del 50% de su piel tocara el asfalto y era bien sabido que ni los olímpicos tenían la fuerza para moverse a partir de ahí. Arrastrarse se hace una tortura y sólo queda esperar a la mañana siguiente, cuando los barrenderos y los policías anti-motín se reparten los cuerpos adheridos.
Sin embargo, hasta adelante había un sujeto que servía de bandera e inspiración para nosotros y asustaba al gabinete con cada paso que daba. No sé si alguno lo reconoció a posteriori, pero las tomas del helicóptero ponen en evidencia a varios diputados mordiéndose las uñas. Este hombre, tan anónimo como poderoso, había llegado a la marcha ya desnudo pero pintado de pies a cabeza con diamantina plateada. Su recorrido hacia la doble gravedad que defendía al palacete de gobierno había hecho que la diamantina fuera siendo reclamada por el piso. Esto significaba dos cosas. La primera era que había una vía de cientos de metros de diamantina a su espaldas y que nadie se atrevía a pisarla. La respetaban para que los que vinieran detrás se motivaran al verla. Y la segunda era que en flanco en el que él iba, mientras el resto ya iba desnudo, él moreno iba emergiendo de la piel plateada que iba haciéndose chica. Era como ver nacer a un hombre en el pleno de su existencia de un capullo estelar que se convertía en camino. Además, era el único con pancarta; bien alzada además. La madera cedería antes de entrar a los jardines del palacete, pero a él eso no parecía importarle. Hacía el trabajo de llevarla con dignidad. Me moví entre los que me rodeaban para poder leer el mensaje: "No olvidemos nunca que estamos aprendiendo a vivir. Es lo único que" No podía ver las últimas dos palabras a causa de un grupo de protestantes con turbantes y rastas que medían más que la medía. Avancé un poco más rápido, quería erradicar la duda del mensaje de inmediato. Tan increíble que me había parecido la primera oración que antes de poder realmente digerirla y hacerla mía sentí el balazo en la nuca. Por que era de goma fue que no me morí pero igual ya nada fue como antes.
Ahora, ese día no me representa la furiosa ilusión que poseía yo en aquel momento. Más bien paso mis días imaginando algo que no existe, mi vida sin esa filosísima agresión. ​
Es fascinante que siendo tan joven tenga tantas ganas de no morirme y tantas pocas por vivir.

aducción


Roba lo que ya es suyo y narra sólo la verdad de cada mentira. Camina en su lecho; sobrevuela bajo tierra. No escucha a los sordos y no emplea los nombres que no le corresponden. Es la sombra de la luz.
*
Yo le rezo sólo en sueños. No porque lo necesite sino porque ya no duermo. Hace muchos años que aún no sucede. Hace tiempo que no volverá. Me sé lo que me sabe. Es la bendita frustración de mis deseos favoritos que se precipitan a un edén particular.

la gráfica de las ilusiones


Dios no tiene derecho a creer, ni a no saber, ni a aprender y se aburre enormemente y solo puede burlarse de aquellos que lo imitan todos los días, lejos de si quiera poder lograrlo y aún más lejos de saber cómo su empeño es su condena.

tan interesante como banal


A dios le da hueva. Se rasca la ingle con sus uñas inmaculadas y suspira milagros de satisfacción mientras escoge otro vídeo en el monitor. Suena el teléfono; pero ya nunca lo atiende.
En la fila del súper hay un ángel esperando a que la tarjeta de descuento de la anciana sea validada por la cajera. Sostiene cuatro yogurts bebibles, un repuesto de rastrillos y un chocolate, producto de un antojo de último momento.
En trenes suburbanos alrededor de todo el mundo industrializado hay viajeros con capacidades sobrenaturales de proporciones bíblicas. Cabecean contra las ventanas, llenan crucigramas y se revisan las listas más populares para su próxima canción.
Pagan por ver a magos hacer shows en auditorios para miles de asistentes. Compran productos anunciados en televisión a media noche. Se frenan afuera de templos e iglesias y alzan la cabeza para ojear velozmente ceremonias que se repiten semanalmente. Luego aceleran el paso para no llegar tarde al cine.
Cambian los focos fundidos por nuevos. Hacen citas para el dentista. Se ríen con vídeos de cachorros en actividades humanizadas y absurdas. Dicen que no tienen monedas a los limosneros. Todas las noches, ponen sus despertadores cinco minutos más tarde de lo que deberían para realmente salir con calma.
Les llueve. Se acaloran. Se ven tentados por el picante que los tiene sentenciados a una úlcera. Tiran a la basura el periódico a los dos días de caducado. Intentan limpiar sus dientes de impurezas con acrobacias de lengua antes de pedir por un palillo.
Son seres inmortales y sagrados; mensajeros de milagros aún por suceder. Y cuando nadie los está mirando -caminando del otro lado de la acera, lejos de los faroles iluminados- culposos de ser masoquistas emocionales, dejan escapar lágrimas minimalistas con ésta canción que tiene poco de especial pero que los hace sentirse parte de algo allá afuera más grande que ellos.

carraspera polifónica gastro intestinal


Soy la excepción que engendra la regla.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Detestóse de regreso a casa


Murió con impuntualidad y por ello, le reasignaron la cita hasta marzo, que el próximo año hay elecciones internas en el partido. Arrastró sus horribles zapatos por las banquetas infestadas de basura, chicles mascados y rastros de grasa de animal merendada horas antes. Sin audífonos para abstraerlo, iba caminando escuchando lamentos que no le correspondían, carcajadas de los mugrosos y reclamos a chóferes menores de edad. Aún en semejante congregación de desafortunados, no era meritorio de la pertenencia. Ellos aún eran vivos. Ignoraban ese lento y gris amanecer que a él sólo le recordaba porqué quiso ya no madrugar más al tiempo que no le dejaba olvidar, con achaques viscerales, lo tonto que hay que ser no saber morir a tiempo.

martes, 5 de diciembre de 2017

Una flor entre dos hojas de vidrio en un semántico jardín.


Sólo sabremos si esta noche somos más fuertes o si en verdad estamos más cerca del fin, hasta el siguiente temblor.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Noches que no ameritan poner el cerrojo.


Murió Don Aurelio a los setenta y cuatro. Frola, una silky terrier australiana, comenzó a ladrar cuando el sol se asomó por la cocina y aún no entraba Aure a sacarla a la calle; él por el periódico y Frola para vaciar la vejiga. Pato, su nieto, le regaló la perrita hace poco más de una década. Aurelio había bromeado con Frola hace un mes que pronto ella sería la más vieja del hogar. No hubo necesidad de esperar a la fecha estimada.
Se apilaron tres primeras planas hasta que León, el portero, con autorización de Hilda la hija del don, rompió el cerrojo. Después de haberle marcado a la señora Hilda, León se ocupó de la perra. Tenía peor aspecto que el difunto, que sencillamente se subió a la cama la noche del domingo para nunca descender de ahí.
Una semana después de cumplido el novenario, Frola ya tiene mejor aspecto. Hilda al edificio con Gero, el mayor de los nietos de Aure. Van por la televisión y el microondas que el muchacho está recién salido de casa. León se asoma al departamento y le pregunta a la señora Hilda que cómo quiere proceder con Frola. Ha estado cuidando de ella estos días pero la verdad es que se complica la jornada con el cuidado de la perrita. Hilda no sabe qué responder. Le pide más tiempo a León para tenerle una respuesta y promete darse una vuelta en la semana para ir por Frola.
Hilda no se aparece en las próximas tres semanas. El único que visita el departamento es un empleado que acude a cancelar la línea telefónica y a llevarse el obsoleto módem del señor.
Esa noche, León, sin habérselo platicado a nadie en el edificio. Se pone su chamarra de lana y guarda en una bolsa unos billetes, las latas de atún que tenía en su hechiza alacena y una imagen de San Cristóbal. Toma la cuerda de la que está amarrada Frola y sale de la zotehuela sin cerrar la puerta.
Nadie volvería a abrir la boca al respecto de quien dejó atrás, como si mencionarlos sería invocar un recuerdo que esa noche las palomillas se devoraban.
En el cuarto, aún con el zarape puesto encima del catre, revoloteaban alrededor del foco amarillo incontables insectos.

Cuando ya todo haya cambiado pero esto siga siendo igual


Derrotado, Luis Jerónimo Granados del Río, se deja caer sobre una banca de concreto a las afueras de las oficinas del Ministerio de Patentes, Registros, Propiedad Intelectual y Nanotecnológica en la avenida Shanghai Bank No. 725 del distrito financiero. Después de una docena de citas y una apelación denegada, el miserable hombre ha agotado sus recursos y la derrota en esta batalla legal es inminente. Una empresa noruega lo registró a él como marca a raíz de la realización de un focus group en enero catorce.
A las 3:30 p.m. el MIPAREPINA hará público el decreto. Luis Jerónimo Granados del Río© sostiene su cabeza entre ambas palmas y espera el momento de ser acusado ante el Grupo Jurídico de Operaciones de Arbitraje en materia de Patentes, Registros, Propiedad Intelectual y Nanotecnológica, con sede en el distrito DC Airline, por la omisión del pago de regalías ante su existencia.