miércoles, 26 de agosto de 2009

Que llores a escondidas no significa que no llores.




No me tienes que decir nada. Yo sé que lo intentas. Y tratas día tras día. Aún a pesar de los duros fracasos que hoy son las llagas que en noches de melancolía se inflaman de dolor sincero.
Lo que no logras entender es que no tienes la capacidad de querer a todos a tal profundidad que puedas evitarles el vacío punzador. Tu entrega es ilimitada, pero acá somos muchos y uno no puede subsanar las carencias que cada quien arrastra consigo mismo.
En teoría por eso somos tantos, porque juntos podríamos lograrlo. No es así. Nadie sabe porque putas no es así. Pero no es tu problema así que no lo monopolices. El problema es de todos, de los deslindados, los morosos, los conscientes y tuyo.
De verdad que se agradece tu esfuerzo, pero te estas erosionando en una lucha que así como vale la pena no dejará fruto alguno. Cómo madero en el mar, ya estas seco y tallado por la fricción de un sentimiento que arrojas a todos, aún sabiendo que muchos te lo escupirán en la cara.
Lo último que necesitamos es perder a uno más en una causa que cada vez se vuelve más obsoleta. Porque el día que mueras todos moriremos un poquito más...