jueves, 6 de marzo de 2008

¿Donde estuvo la verdad?


Y por ahí iba John, un tipo de apariencia casual y de cara olvidable, nadie desconfiaba de alguien que se sabía tan dispensable. Ese es e problema de la personalidad, en el momento donde se le invierte tiempo y dedicación a alguien le va a gustar y eso se refleja directamente en que a otro no le va a gustar. La mediocridad espiritu-sentimental-social garantiza el encajar en todos lados. Por eso es que John podía joderse a todos a sus espaldas y nadie sospechaba de él. No existía una satisfacción directa pues al hacer todo entre las ramas nunca veía la cara de dolor de sus víctimas. La gran ventaja de ser derecho hasta para chingarte al prójimo es que puedes ver cómo la orilla del ojo se contrae cuando menos un instante dejando en claro la muerte interna de nuestro adversario ocasional.
¿Quien era yo para pensar mal de ese pálido y desgarbanzado tipo? Los 'sujetos normales' como él no reciben crédito, ni siquiera de lo que en verdad hacen. A mi me jodió todas las veces que quiso, y nunca tuve el valor para señalarlo. Lo que si transgrede toda norma social es que la gente de alrededor se llene de mierda que uno siembra. El día que John, en aras de hacer mi vida más complicada, vino a hacérsela a mi gente; ese día me di cuenta que mi propio ego desbordante iba a terminar de la mano de soledad.
Hay que saber escoger hacia donde vamos. No podemos estar caminando y pisando huesos sin saber cuales vamos a pisar. Hay quienes se quedan quietos, como John, sin contaminar, estáticos, simplemente esperando a que pase alguien cerca para lanzar la estocada. Tu y yo, amantes de raspar la piel con la vida misma, tenemos que saber que, muy pronto, vamos a tener que dejarnos para evitarles la pena al resto y subir con fusil al hombro al monte; donde nos espera desde hace tiempo nuestro valiente destino.

... thinking to myself I might not take it anymore...

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