martes, 4 de junio de 2013
tan hasta ahora desde nunca por hoy y siempre
Caí. Floté. Torcí. Me acerqué. Me desperté sin haber dormido. Naufragué en una isla de papiro y corrí a través de ella más rápido de lo que mis piernas eran capaces. Me di cuenta de lo frágil que podía rasgarse el piso y lo fácil que resultaba recorrerlo al mismo tiempo. Algo llamó mi atención: un mosquito. Me frené a analizarlo.
Un manotazo me regresó al árbol en el que reposaba. Yo mismo me había golpeado.
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