miércoles, 21 de mayo de 2014

Nunca Save


Del sinfijón de lejano oriente hasta el reclusorio de Amecameca, aún no llega quien le sepa tan bien al malabar y al desvelo como R*co Torre, el escaliaburto de los de toda la vida. La gambeta de la muleta de la rocosazón inmortal es su rúbrica. Quien no la conoce poco sabe de los hidalgos de esta tierra: los colgados, los canónicos, los consumidos y los transgénero. Más vale rodilla raspada que costras en el fundillo decía su tío, el fundador de la legión. El heredó el culo anchiplano aztecoide y el poco pudor de la sullivan antigua. Fraguó amistades pasajeras con panchitos, putarracos senadores y los napiatiesa de la clase alta del lomotitlán chilango. En su era nadie hablaba por teclados sino todo lo contrario, se escupían, se despechaban, se corrompían y se amigaban con condón y sin hablar pero siempre ante el penacho sagrado que todo lo ve y lo matricula. El rezo del funky judas era su plegaria de cada jojornada laboranal, la versión remix 'dj quesquenovayaser'. Las paredes por las que los chamacos chimuelos eran jaloneados hacia el castro escolar ya venían enlechadas por esas sombras de pellejo ancho y lonja de triple estría. Los grilletes último modelo no alumbran el concreto más teñido, pasan de largo ante la texturica; DÑA único entre todas las urbes mundaniales.

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