martes, 13 de julio de 2010

Hambre & Compañía


La historia de dos pequeños escarabajos.

Que van caminando prácticamente sin rumbo, viendo el terreno inmediato pero incapaces de alzar la vista y divisar el panorama para tener un sentido claro de su dirección.

Uno va buscando comida. Otro compañía.

Uno esquiva gotas de agua. El otro dormita sin advertir que hay una bestia a sus espaldas.

Son dos pequeños seres, perdidos en la verde inmensidad. Y aunque no siempre pasa. A veces aterrizan de espalda y por un rato ven las estrellas que no se alcanzan a ver de la ciudad.

Y así un día se topan. El lugar no es más que un tronco. Pero es un lugar y ahí se toparon.

Claro que se identifican. Llevan caminando por todo el lugar y no se frenan igual cuando ven otras criaturas pasar. Y sin embargo, aquí se frenaron.

Caminan un rato buscando comida; pero obteniendo compañía.

Desde las alturas algún felino alcanza a verlos cruzar por las ramas. Y de alguna manera su andar tiene tintes tan intrépidos como los saltos entre ramas que el da cuando caza a sus presas.

Ellos no son presa de nadie. No se intimidan con las arañas, mucho menos con los felinos. Caminan con la seguridad de quien no tiene que nada que perder. Y así es que caminan por tanto tiempo y tanto espacio sin ser presa de nadie. Ni de ellos mismos.

Por eso es que de pronto el hambre de uno lo hace dar vuelta hacia otra dirección y a un tronco de separación ya hay un universo de posibilidades que los divide, que los escupe a un panorama donde todo es diferente, todo es igual.

Uno sigue con hambre, buscando algo que lo llene. El otro, tiene que comer, así que claro que se mueve buscando comida y refugio; pero en algún punto trata de ver de reojo si el otro no está cerca.

No está.

Y su cuerpo rápidamente le recuerda que los escarabajos no pueden voltear hacia atrás.

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