martes, 26 de octubre de 2010

Corpus Corvus


En la cabeza de Tomek vive un cuervo. En la cabeza de Williem vive un cuervo. En la cabeza de Charlotte vive un cuervo. En la cabeza de Isabella vive un cuervo. En mi cabeza vive un cuervo.
Un cuervo que es libre. Un cuervo que en su andar jamás piensa si donde se para es mejor o peor para el o la rama. Un cuervo que hace ruido. Un cuervo que es tan negro por dentro como por fuera. Un cuervo que poco tiene que ver con el cráneo que lo rodea.
Y ni yo, ni nadie entiende porqué. Como porqué. Para qué. El cuervo es el que menos quiere entender. Tal vez por eso el que más entiende.
Se me atascan las ideas. El cuervo se ríe.
Sólo el que llega de negro combina con la oscuridad. El cuervo nos burla.
Y ni cabeza ni ave tienen razón de existir en un mundo donde el hambre y la esperanza permanecen a costa de todo.

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