Tantos miles de millones de años donde la gente vivía en armonía. Sin lastimarse. Sin insultarse. Unidos contra las adversidades del medio ambiente, que una vez afrontadas la enseñanza es que no eran adversidades, únicamente estados de superación. La historia no tiene ni la flexibilidad para abarcar toda una era donde el humano estaba realizado. Creando. Ideando. Disfrutando. Sin preguntas tontas y sin falsas pantallas. Lo que sabían era lo verdadero, así ha sido y así siempre será. Lo que nosotros sabemos hoy es lo que es verdadero, independientemente de que lo sea o no. Lo que sentimos es suerte de estar vivos hoy por hoy. Pero hoy vivimos en un conflictivo purgatorio que empieza a apestar a sulfuro. El ciclo sólo puedo completarse una vez terminado el infierno. Eso es lo que lo hace perfecto. Antes de empezar con un nuevo paraíso habremos de digerir y sudar este infierno. Cada quien sabe lo que quiere y lo que tiene. Cada quien escoge. El refrigerador, que facilita pero esclaviza ó la noche selvática, que intimida pero libera. Hay épocas para todos y hay vidas que tal vez fueron mejor para vivir en el pasado. Lo de hoy es negación o cobardía, para los faltos de espíritu. Y la suerte de vivir hoy por hoy hay que fajársela bien y pararse derechos; que en el paraíso no se necesitan héroes, donde estamos faltos es en el infierno.
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