domingo, 20 de marzo de 2011

Los Fantasmas son de Casa


De alguna manera cuando regresó las cicatrices se notaban menos. Después de un rato el miedo, sin haber disminuido, se convirtió en algo 'normal'. Cuando dejé de temblar fue que él empezó a sentirse incómodo.

"Cuanto el corazón no habla. La mente no escucha." Me dijo.

Yo cerré los ojos y para cuando los volví a abrir mi vida era otra. El jamás podría volver a esconderse en la oscuridad y eso era un alivio para mí y para nosotros. Pero tal vez yo era la única que alcanzaba a distinguir lo desgarrador que era estar viva en un país sin sombras.

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