jueves, 3 de marzo de 2016

La Prisa & La Eternidad


En un comedor en blanco y negro un pastel de cumpleaños espera. La cristalería lo mira de soslayo, con arrogancia. La alfombra parece estéril pero si uno se fija con cuidado, se perciben huellas de perro que despeinan la achacosa felpa. Hay una lista interminable de acetatos y compact discs estacionada en una repisa que enmarca al costoso modular. Las cortinas se asolean. El polvo planea por las superficies listas, incorpóreo, casi espiritual. El betún se va secando, sin prisa y sin misericordia.
Ojalá ya fuéramos fantasmas para celebrar otra vez juntos.

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