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Sueños Circulares
Jean – Eso es lo que es y no otra cosa. Y te sonará muy idiota pero el caos que deviene de los conflictos existenciales de todo el mundo proviene justo de eso: que las personas confunden, mezclan y buscan que algo que ya es una cosa, sea otra también. La que les conviene más en ese momento.
Vlad – No sé si tu pienses siempre así. La razón no vive de tu lado.
Jean – La razón es un valor que solo toma partidos cuando hay un diálogo y partidos qué tomar. En el monólogo eterno-intermitente asno-genial que brota en mi cabeza la razón es simplemente otro espectador de los chispazos de ideas que brincan de neurona a neurona.
Vlad – La constante psicorrea de los que hablan más con las manos que con la boca envuelve las trivialidades en fetos de prólogos de grandes novelas.
Jean – Tu viniste a redimir al falso creyente. El que cree porque no quiere no creer. El que habla del profeta como muerto en vida con injerto de divinidad. Los seminarios son cementerios. Los cafés revolucionarios de Paris y Agua Prieta ya sólo caben en los museos. Hoy en día la vida nos llega galvanizada, todo terreno, con pila recargable pero sin repuesto. Tan complejta que solo puede encerrase en trenes, cuando mucho; pero siempre en movimiento.
Vlad – Y sin embargo henos aquí. Parloteando de la misma manera de lo que hemos vivido como de lo que jamás comprenderemos. La cibernética y el nitrato de plata nos otorgan la posibilidad de conocer todos los paisajes del mundo y más lejos antes de dominar el habla. Más que la gran oportunidad que es viajar a base de clicks, lo tirano es que sin darnos cuenta nos privamos de nuestra propia capacidad de asombro. Luego los muertos se vuelven en números, las grandes ideas se sistematizan y nuestros juguetes, hechos por niños más chicos que nosotros, van y vienen como esas que duermen en tu cama cuando ya se tenían que haber ido. El valor universal de todo-se-prostituye nos llega desde la leche en polvo.
Jean – Basta de bla, bla y que venga el bang, bang.
Vlad – El bang es big según los ojos que lo miran.
Jean – Chin chin [nazdrovya] y Amén [chin chin].