miércoles, 26 de noviembre de 2008

El niño idiota y su sonrisa torcida (dice: jijij)




"No creo que tu deberías de ser de "esos" que comparten su opinión."
Veo que mueve los labios pero en mi cabeza rebota alguna tonada de John Lennon para evitarme el coraje. ¿Qué hubiera sido de John Lennon por cierto? De entrada no estaría casado con Yoko Ono, eso lo aseguro; no por el lugar común de odio a la nipona, sino más bien porque era una relación estúpida que servía como 'statement político' pero al mismo tiempo era una aberración al amor.

Ya se fue, menos mal. Creo que el mundo finalmente esta haciendo justicia y la balanza favorece a las (políticamente jodido) "llenitas". Lo cruel de todo esto es que hace unos años, cuando las flacas eran las que tenían la batuta sucedía lo siguiente: las gorditas nos inspiraban ternura y quedan a la merced de rubias anoréxicas malditas que "por naturaleza" eran culeras y mal críadas. Hoy en día, y yo soy de los grandes impulsores del movimiento, lo ideal no es ser parte del club de las vomitonas; sino ser una mujer que no tiene miedo a echarse el taco extra. Hasta ahí vamos perfecto, pero cuando las flacas pierdan la batalla y todos adoren a las mujeres de curvas, sucederá el inverso 'á la moebius': las rubias huesudas pedirán ayuda y comprensión al mundo que las ha olvidado y el club ahora snob de gorditas simpáticas 1) se aferrará al poder pues por genética saben de las eras de opresión que vivieron escondidas con los cachetes llenos y 2) la maldad no será física (como ocurría con las putas rubias), sino que mantendrán las mejillas ruborizadas inocentes pero proyectando esa avaricia y deseo exacerbado; haciendo la imagen cientos de veces más obscena.

Todo esto porque acaba de llegar escotes. Ah, escotes me alegra la mañana. Su nombre no le hace justicia pues a final de cuentas su vestimenta no es atrevida ni escotada; cosa que nada más viene a hacer más kinky el hueco entre botones por el cual se asoma el brassiere café (un color desagradable en todos los escenarios excepto en la ropa interior). Escotes es una mujer adorable, tierna, 'de curvas' y por lo mismo con unos senos que ofrecen una comodidad inigualable (o al menos eso aparentan).

¡Uy! Cambio de tema: Sabrina esta saliendo del baño Y acaba de regalarle a la humanidad una muestra de como se abotona el pantalón. Rasgos tan masculinos como salir del baño todavía a medio vestir y abotonarse el pantalón en vez de una falda conjugan perfecto con el cuerpo de Sabrina. Un diez inmediato. Quiero cancelar todo lo pensado anteriormente: el control del estereotipo de lo que es sano/bello/menos-chafa no debe estar del lado de la carencia de peso o del lado del exceo de peso. ¡¿Porque no se puede tener el equilibrio como lo correcto?! Sabrina es un modelo de lo que debería de ser la intención de la mujer al abrir o cerra la boca cuando tiene un tenedor en la mano.

Pero como siempre, mi personalidad analítica arruina todo y me recuerda que el equilibrio es el ideal por su poca presencia en cualquier aspecto, y una modificación al respecto, un abuso de equilibrio, puede resultar en desidia absoluta ante la vida. Ni hablar, me caga tener la razón frente a mí mismo: sólo prueba de que estaba mal y soy un títere sin determinación en cuanto alguien busca convencerme, aunque este sea yo mismo.

¿Qué pasa cuando el titiritero y el títere son la misma persona? LO QUE TODOS NO QUERíAN ESCUCHAR PORQUE YA LO SABÍAN: ya no hay amo y no hay esclavo, pues el títere responde a un movimiento que realiza el 'amo' y éste realiza un movimiento que responde al títere.

Tengo que empezar a hacer algo con esta situación. Me tardo dos horas en arrancar cualquier actividad y dos minutos en frenarla.

Hoy huele a sexo, se siente en el aire la pulsión fornicadora colectiva.
La música instrumental es la mejor manera de cubrirnos de futuras burlas.
No sé que esta más sobrevaluado si el sexo o la marihuana.
Seguro que ninguno sí no puedo parar de pensar en ellos.
No creo que uno pueda creerse llanero solitario si esta amarrado a una corbata.
Sí hay quien se encuentra en ese punto de yuxtaposición entre el humo y el eructo.
¿Ganas de mear? Gracias, otro pretexto gratuito y espontáneo que nos regala la madre naturaleza para ser mediocres segundo a segundo.

Arranca la pausa mental...

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