miércoles, 22 de abril de 2009

Voy a Marte



Caminando por el manto estelar, ante una oscuridad mal iluminada por millones de minúsculas estrellas, extrañé el no poder verte. En el cosmos no existe el silencio absoluto, sólo queda una leve estática que te remite a la soledad. No porque "estemos solos ante el universo", más bien porque sí hay otros allá afuera y conviven entre ellos; el que permanece estático, suspendido y olvidado, eres tú.
En el espacio no hay días, no hay noches; que no son más que ideas desprendidas de ilusiones que nos da el planeta tierra. Aquí afuera todo es uno mismo, así que el equilibrio no es binario, sino unitario. Por lo tanto nosotros dependendemos nada más de nosotros mismos, y no podemos apoyarnos en alguien más que juege como nuestro complemento. Eso es lo asfixiante de vivir aquí.
Por eso es que no creo que comprendas que por tí, lloro como astronauta.

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