sábado, 5 de septiembre de 2009

Canción



Y no te levantas sabiendo qué sorpresas traerá el día.
La rutina te hace pensar que el trabajo y las quejas o risas entre cervezas serán todo.
No sé porque nos vemos pretendiendo que es casual.
Casual no es decir cosas así sentados en la banqueta.

Para los peatones no somos intriga suficiente.
Para los volantes ni existimos.
Y nadie sabe que todos los días en algún rincón de esta ciudad hay cruce de miradas fundidas para siempre.
¿Porqué nos pasó a nosotros?
¿Porqué no te acercas un poco más?

Ni John, ni Frank, ni Syd siguen para hacer esta canción.
Porque hoy por hoy ya agoté los referentes culturales para esto que me haces sentir.
Las fiestas ya no acaban de noche y mi cabeza se desfonda durante el día.
Saber que sabes que lo siento desde la otra esquina del cuarto, hace de esto un placer que lastima hasta entumecer la razón.

No más violines, no más gotas, no más llamadas de media noche.
Yo sólo quiero tu mirada que me dice que sí, que soy basura, adorable e inocente basura.
Aquí lo que no se dice es lo que más pesa. Pesa tanto que el corazón se recarga en el estómago y mmm cómo duele, mmm cómo envicia.

No importa qué tan duro exhales o qué tan tenso este tu labio superior,
Tu insomnio no es nuestro problema, menos el de la regadera.
Y no importa lo fuerte que aprietes los puños para agarrarte a tí mismo,
Ya sabes que valiste madres.
Que saltaste al vacío desde la banqueta.
Y que si tu no eres mi red, entonces merezco caer.

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