lunes, 21 de septiembre de 2009

Nublado con posibilidad de lluvia


Porque cuando más confundido estés querido, ni yo ni nadie habremos de poder ayudarte. Cada quien se topa con su propio laberinto. Es cierto que la suerte de estar aquí hoy es poder ofrecernos apoyo mutuamente. Y el dolor es una batalla ante la cual se puede hacer un frente. Pero la confusión, escurridiza y lacerante, va de uno en uno.
Después, ya no sabrás si eres otro o todavía el mismo. La tranquilidad se torna un valor en eterna mutación. Por eso lo importante de no pisar en las sombras. Es cuando los sueños son más angustiantes y las tardes más insípidas que las noches asfixian más. Ni todas las jaurías de lobos podrían salvarte de tí mismo. El pensar en la salida te carcome aún mas. Y no hay salida cuando se esta fuera de uno mismo.
Te desearía suerte, pero sabes que esto no es de azar.
Te diría que te entiendo, pero sabes que tu angustia es única en su especie.
Te ofrecería distracción, pero dominas que irte de tí con boleto de vuelta sólo acentúa la intensidad de tu martirio.
Te diría que esto ilustra lo que nunca pensaste que te iba a pasar, pero sí es que congenias conmigo en algo entonces todavía te falta un largo camino hacia tu infierno y de regreso.

Me voy ya querido, antes de que las rejas de tu propio cementerio te parezcan aún más hostiles.

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