jueves, 18 de agosto de 2011

Omnipresencia Luminosa


No sé si era mi cabeza de trompo, nuestros ojos que se derramaban en la misma dirección, el silbido preciso de un peatón despistado o la luz; esa luz que tiene la capacidad de hacer todo especial; esa luz que convierte en clásicos momentos mundanos; esa luz que refracta nuestras emociones y las detona en mil pedazos...
Ni siquiera recuerda si estuvimos ahí o sólo fue un destello de mi imaginación, pero el sentimiento de unicidad me invade cuando te pienso. Y lo hago: "¿te pienso porque aún me recuerdas?" ¿Es mi cabeza, tus ojos, un silbido ajeno o esa luz la que nos vuelve especiales?

Las sombras sólo son sombras si existe la luz. El carbón se define a través de los chispazos; y tú y yo somos lo que somos porque nos fundimos en la oscuridad y flotamos a través de faros alumbrados hacia nuevas penumbras.

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