lunes, 26 de noviembre de 2012

Final Irreflexivo

La memoria es mi problema. La angustia del presente es mi pasado. Los días me sobran. La locura, los achaques, la eterna amenaza que se asoma en las penumbras callejeras son la medicina para aguantar; para saber que todo va a acabar. Maldito infierno que me intimidas. Me reclamas. Y en las noches ciegas mi esperanza con tus cálidas llamas.
Vi el final y regresé. Para salvarte, no crearte. Cuando me supe, me odié. Fui tu creador y ahora sólo me queda la esclavitud de ser también tu verdugo.

Final de la emoción. Una luz neón alumbrando una azul callejón. El corazón amarillo que brama. Exige que alguien note su irrepetibilidad. No hay tal. Todos están en lo mismo. La luz se seca entre el cemento. Los gatos se desintegran. Los polluelos son aplastados por la prisa del porvenir que llega y llega pero no nos lleva a nada. La verdadera eficiencia, la más eficaz, significa cero. Conquistamos. Lo logramos. No nos acordamos. Fue una sombra con dos ojos la que me hizo sentir así. La que se me metió en el aire y se escapó con algo mío. El viaje no tenía punto de partida pero ahora ya es un punto de llegada. Estático viento. Luna sangrona. Recuerdo violento. Mi madre mandona. Nunca aprendí a saber lo que quiero y sin embargo mi corazón lo exige con anhelo. Extraño de noche. Extraño ser esto. Extraño hablar con tanto acertijo que olvido lo que no preciso. Y es así que hoy y ahorita, no nunca antes y jamás después, necesito tu amor. Ése que no existe, que no me diste, que no sabes porqué no quisiste. El caso es aburrido y visto, las antenas lo volvieron dictamen.
Pero es cierto -
porque es doloroso -
para mí -
cuando no estamos juntos.

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