Todos esos relojes;
Todos los museos;
Todos sus artefactos extraños –los que mezclan naipes, las gorras con ventilador, los lectores de retina para guardarropas y refrigeradores-
Todos los karaokes,
Esas complicadas contraseñas,
Tan fáciles de olvidar
¿Quien las va a reclamar?
Todas esas colecciones –de postales, de llaveros, de corcholatas-
Las básculas;
Los tamagotchi;
Chats almacenados;
Alarmas programadas;
Disfraces importados;
Kits para desmaquillar;
Filtros de agua, de sol, de luz;
Todas esas palabras engargoladas;
Lo irrelevante también tiene dereceho a doler.
Inalámbrico, portátil, gratuito;
Todo es, todo será.
Esferas chinas que eran anti-estrés ahora son anti-gravedad.
Los espantapájaros, anclados a la tierra, sufrieron el éxodo de su flora y fauna -de manufactura, nanotecnología y sofisticada nimiedad-. Se quedaron solos. Sin nadie que escuchara árboles caer; ya no había miradas modernas para significar tanta estupidez.
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