martes, 19 de enero de 2016

Ch


El hombre, sereno,
al ver en sí mismo,
entendió a su caballo.

Quedaron lazados los caminos,
de voluntades sin tregua
con su recio destino.

En el cálido aliento
De aquellas nobles bestias,
Van los minutos tatuados.

Se asoma al lienzo el día,
Y al estruendo se ancla
A un San Luis Moderado.

Hay que saber,
Hay que conocer el galopante pasado
Hay que dejarse ir;
y no ser rebasado.

Los aplausos,
Los peligros,
Las mujeres,
Los amigos.

El fuste estalla,
El público aclama.
se levanta la tierra emocionada,
Con su tradición mexicana.

Las caídas,
Las victorias,
Las intrigas,
Las heridas.

El valor,
El dolor,
El baile,
El honor.

Todo por un momento,
Perfecto y encajado.
Bendito a caballo;
Suerte de charro.

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