
En palabras pantanosas, el silencio como resortera, resulta un faro hacia la verdadera confusión. Es aprender de los errores o aprenderse los errores, sin caer en la aprehensión. Malditas almas necias que reparten las escuelas. Prefieren pescar una sosa justicia que una fábula que aletea con vida y ficción.
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