
La comezón de una letra se rasca con cartas anónimas a un lector perdido. El frío debatir de dos amigos que ya no lo son, se escalda de arrepentimiento y digitalismo. La idea depilada de una comunidad excluyente de todo lo que no es sagrado, navega por el río urbano y desemboca en la catársis del reciclaje.
Toda la estupidez que me sobra, por exceso de dormir y falta de estar bebido, la riego en tus párpados necios que buscan nitidez y en mi encuentran un afectuoso desafío.
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