viernes, 13 de marzo de 2015

Memoria de sal


De noche en el mar, a solas con todos ustedes.
Sus sueños son mi insomnio, nuestra amistad.
Mi cielo desde hace veintidós años es sordo porque de oleaje se bautizó mi razón.
Acá el horizonte ambiguo a lo diferente lacera por igual.
Son también sirenas que he visto pasar, que he querido poseer y que me han poseído.
Es el ancla en mi hombro la que me pesa en las entrañas y el corazón.
Donde no hay pasillos reina mi delirio.
Donde hay olas se enciende mi consternación.

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