lunes, 28 de diciembre de 2015

filete


A solas, contra el tiempo e
impuntual de si mismo,
el que neceaba con vivir joven,
Hoy se ha despertado ya viejo.

Vicioso de idolizar al prestigioso espejo,
Se atornilló desde la cama a la torpe inseguridad
Para que, en los peligrosos callejones de esta ciudad
Su obligado anonimato lo rescate, noche tras noche.

La frustración no sólo de uno.
Insectos y humanos se amparan alrededor
de un desvelado y ruidoso foco
que corona un puesto callejero.

Según el rincón de cada gobierno,
las sombras varían según su precio,
por ello, sobrevivir y merecer,
son obra de la justicia personal
en base a la suerte internacional.

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