viernes, 24 de febrero de 2017

federalicioso


Cansado de la cama me moví al piso. Sediento de sangre ahora me como mis propios mosquitos. Indignado de la falta de ritmo en la sobremesa inicié un murmullo al oído de diferentes comensales en coplas de agua y bolillo. Orgulloso de ser de este lado del mundo, bailo en el metro, en el baño y desde hace un año, cuando resulto oportuno. Ansioso de saber qué hacer con mi alma, leo mientras como, para saciar mi apetito. Satisfecho de haber sacado estas letras que se amontonaban en el cursor de mi cabeza, ya me despido.

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