
Hay un cáncer en lo profundo del rincón más ácido de una tripa que se preocupa cada mañana por una nación que ya no existe. Lejos del sol y sin oídos, con la paciencia de un cocinero viejo, se pliegan membranas que buscan llegar a un tamaño digno de ser asociadas con la muerte.
Sin letras y sin castigos//Ignorantes del horario debido//Nunca planeando pero siempre al ataque//Raíces que no existen pero viven aferradas a la vida ajena.
Se desploman en cementerios, lejos de la trifulca bélica pero a ras de cancha de la madriza y violación sistémica de un falo acarreado en wi-fi.
Sin medallas, sin batallas// en prudente silencio y silente penitencia// cancerosos con sobrepeso// y reducida autoestima.
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