Benditos los que no usan jeans y playeras.
Nos vestimos de vaqueros.
Nos vendimos cual putas.
Benditas las piernas, que desnudas, floreadas, siguen siendo ellas.
Nos ponemos reloj, corbata o calcetas.
Nos olvidamos lo que soñamos, nos disfrazamos al alba y regalamos nuestras ideas.
Benditos los que no madruga para estar de moda; soberbia y pasajera.
Nos tarjeteamos. Nos ponemos la 'camiseta'.
Nos endeudamos con nosotros mismos.
Y manchamos la sangre histórica con novedosas etiquetas.
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