viernes, 22 de junio de 2012

Payasados


Soy el margen de error de un embrujo hace tiempo dado. Soy la mala suerte de un par de dados despostillados. Soy un tallo de ocote, olvidado en la cajuela de una pick-up modelo 82. Soy un suspiro dentro de un útero nunca usado. Soy la presión que sentiste; el miedo que olvidaste; la cínica ira que te arrincona, la que te hizo marica.
Llegué con la carabana, la que dejó el pasto seco oliendo a meados. Desde que me viste me querías invitar a pasar. Ahora me voy, bombín en una y el garrote en la otra. Tú, como bobo, con los huevos arrugados, ni te despides.
Por ahí escuchaste que lo peor que le pasa a uno es que se le escape la vida.
Espérate a que te abandone tu propia muerte.

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