Me crucé con uno más afortunado que nació con la poesía en su sangre y fue ahí que lo ví joven. Fue ahí que me hice viejo. Errante de tantos mapas, tantas mujeres y tantas familias, te prometí que moriría cuál pandero, como brote de alegría en la melodía que fuera.
Y no sé si hoy sea la noche que cumpla mi palabra.
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