lunes, 5 de enero de 2015

la menopausia nacional


¿Qué era lo más sensato que podía pensar?
¿Qué era lo más solidario que podía enunciar?
¿Qué era lo único verdaderamente honesto que podía sentir?
Nada.

Un turista de la revolución: un retratista del dolor ajeno.
¿Cómo hacerlo mío?

Quizás el país no era mío: o más bien yo no era del país.

Seguí caminando, sin respuestas; que tampoco ahora tengo.

Pero sigo marchando: a lado de los que si saben con qué sentir, con qué pensar, con qué actuar. Un turista con compañeros de viaje dignos.

Sigo explorando mi país.
Sigo creyendo que viene el cambio.
El suyo.
El nuestro.
Confío que también el que es sólo mío.

Nadie te exige sentir; tan solo comprender: la menopausia nacional.

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