lunes, 25 de mayo de 2015

Calaca Negra


Cruza la calle una calaca arrepentida, con huesos apenados e invisibles. Entonces, atropellada y viva, trata de acordarse cuando empezó la mala suerte y calcula si es posible recordar también el fin de su condena. Los moscos la ignoran pero igual la aturden. La noche no la reclama pero tampoco la suelta. Pertenece a un mundo frustrado del cual no es ningún héroe y del cual no logra ser exiliada.
¿Con qué fin se cruza una calle?
¿Por qué dormir se siente tan aburrido?
¿En la penumbra, vale más ser blanca o negra?
¿Es el insomnio la salvación de tantos bichos?
¿Es el tuétano el causante del dolor, o viceversa?
¿Somos capaces de extrañar a alguien más o sólo deseamos volver a ser algo mejor de nosotros cuando estábamos contigo?

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