lunes, 18 de mayo de 2015

Revés 4.1 Jericho


Cada quien se toma el fin del mundo como puede. Ante la noticia, un escéptico yo se fue a viajar. La renta del mes la invertí en el vuelo y los ahorros, más mi quincena, en deambular por los rincones más arcaicos de este mundo →el que existía en aquel entonces.

Fueron las ganas de mear las que me salvaron. No es cierto, mi débil vejiga tan sólo me llevo a él, mi salvador. Desde que abrió la puerta noté que era un irrepetible, héroes de esta producción en serie que nos inventa. De un abrazo me metió a su cabaña y me dejó lazado al pilar central con un elástico cordel que amarró a mi cintura.

Sonreía. Sabía que me había rescatado de algo que yo aún no creía. Sin embargo mi sola presencia era prueba de mis dudas y por eso decidió ayudarme. Jamás rechazó la tragedia que sería para millones de personas, pero su lunático presagio hacía que divertirse un poco, fuese imposible de eludir.

Las sillas empotradas en torque a la pared; las mesas, simétricas, con tablas al final de las patas; el acolchado techo listo para recibir todo lo que no estuviera amarrado o anclado a la pared. Él mismo llevaba arneses en varios puntos de su cuerpo porque, 'todos nos caemos, pero no todos saben aterrizar' gesticulaba.

El lenguaje jamás permitió que nos presentáramos, que nos explicáramos de verdad. Sin embargo lo que viví -y no morí- gracias a él fue lo más prodigioso que nos ha pasado a todos, si has leído esto, sabes que es verdad.

No supe si fue la ciencia, su instinto o alguna divinidad la que lo tornó tan astuto ante este salto mortal, en la azotea había un desplante de cuerdas, sábanas, bengálas y fruta. Eran tales sus ganas de ayudar, que aún a los sentenciados, en su oscuro ascenso hacia la muerte, quería enviarles un mensaje de esperanza; la vida los había abandonado y no por ello nadie se iba a acordar de ellos.

Yo jamás podré olvidarlo. Fueron once días donde nos deleitamos con la gravedad, con un nuevo orden de las cosas y con una amarga sensación de volar. El precio fue alto, por él decidí abocarme todos estos años a salvar lo perdido, a defender lo perdible y entregarme a cualquier posibilidad.

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