jueves, 27 de agosto de 2015

pésaj


bas sobre el camellón y aún así moriste atropellado. No hubo flechas, cielo, mar o últimas palabras para dignificar tu salida. Sin embargo tu insignificante defunción simboliza una libertad que siempre está a la mano, que no necesita pompa ni simbolismos, tan sólo una cómoda y efímera (in)acción.

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