lunes, 19 de octubre de 2015

Dos óbolos corto


Se cerrarán las fronteras y los hermanos se convertirán en vagos recuerdos y legítimos desconocidos. Los divorcios impuestos zanjarán fidelidades y promesas. Y no habrá dinero suficiente para romper las barreras.
Pasó antes. Nos hicimos mestizos de pigmentos y morales a través de catástrofes similares. Sin embargo, ya casi, estos hachazos serán eternos. Seremos viejos incompletos, de amputaciones etéreas. Imaginarás por siempre, si fue la violencia, el caos o la estúpida paciencia la que aspiró a tu ser querido. Con los años, las ratoneras mentales dejarán chiclosa tu piel.

Quedará el deseo del viaje; no espacial -imposible ahora- sino temporal, a días donde el lugar de las nubes, el colchón y las libertades te era indiferente. Sabrás entonces que tu lugar es lo único determinante, lo realmente absoluto.

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