viernes, 24 de marzo de 2017

de cariño corcovado


El día que me empiece a morir vamos a estar juntos.
Y si no sucede, entonces ya pasó, ese trágico momento que de la vida nos arrancó a un terreno soñado.

En la mirada, un poco más ligera pero también algo más pesada, se comienza una carta.
Así cada palabra, cada acento y cada coma, se tornan en una broma, ácida e iluminada.
Sin remitente, los recuerdos de hoy ahí naufragan y se rescata el aroma de tu boca silenciada.
Hoy huyo de los trazos de tanta pluma loca que anda suelta por la calle, sin puntería al detalle.
Es por eso que mi letra, ebria de tu regazo, se concentra sin haber vivido en no ser sepultada.
El papel, herido sin poder sentir, se impregna de tinta que en cada maroma, de ti se hace apropiada.

El día que me empiece a morir vamos a estar juntos.
Y si no sé que decir, recuérdame estas líneas que pude concebir, por no poder tenerte ahora a mi lado.


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