viernes, 30 de junio de 2017

ansia y oda


Luz rota, rompida,
con sombra supurante
y el rayo menguante,
ya ni corta, ni silencia,
ni se desliza a tu alcoba.

Fue el antes quien torció el brillo.
La confusión enmudeció
a la velocidad del relámpago,
impuntual de mí mismo.
Extrañamos todos a un desconocido.

Un arbusto de medianoche
irresponsable y maldito;
sueños moteados, felinoss
anticipan la caótica comezón
Que nunca se ha ido.

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