sábado, 6 de enero de 2018

Justo y Ahora


Ahora que aquí estamos. Ahora que ya casi es de día otra vez. Ahora que casi nada importa.

Porque fuimos astillas flotando en ínfimas olas que nada sabíamos de hablar las cosas; de direcciones el nado; de pertenecer a la marea.

No pudimos ver rayos de luz que aún no se asomaban detrás de las rocas. No alcanzamos a ser adoptados por esos profundos corales que tanto salen en las fotografías de los turistas. Sin saber estar más juntos, no estuvimos separados.

Ahora que los asteroides migran a sus poco atendidas contorsiones estelares y que absolutamente todos los que aún nos recuerdan duermen.

Sólo queda pensar que desde antes de que todo comenzara en nosotros, él ya tenía la razón.

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