martes, 3 de enero de 2017

Fragatas, Naufragios, Sabiondos y Sabotajes


Como mujer no debe estar sola, por eso como Tarzán se columpia de una pierna peluda a otra. Huyendo de la soledad que sus mayores le enseñaron era una bestia maldita. No hay éxito laboral, ni paseo con sus mascotas, capaz de silenciar la huida. Los hijos bastardos de los padres bastardos que la aleccionaron también la rechazan después de la segunda noche. La excavadora carnal en la que se ha convertido sólo hace más profunda la zanja. Se aturde frente al monitor. Se protege en el anonimato de las calles saturadas de vendedores ambulantes. Se seda con medicina y alcohol. Se enaltece juzgando las pastillas y el frasco. Se consciente con amigas que no la comprenden. Se inventa a sí misma, una y otra vez, atuendos ruidosos que hipnotizan a los hombres que más tarde la expulsan de su propia alcoba.
Es una de tantas y tantos que deja a su imaginación gotear escenas en las que, de haber nacido antes, después o en otro puto lado, todo funcionaría a la perfección. Pertenece a la artería final, la frustración. Suenan suspiros ignorantes de su condición en el silencio de su habitación. Estos dibujan el cuadro que siempre ha sentido sin haber racionalizado. El paisaje fluye, como si tras haber nacido de un generoso corazón las partículas desembocaran a vasos que entre bifurcaciones y "angostamientos" se fuera posicionando en el lugar que el tieso destino ha marcado para cada una. No existe mejor o peor candidato, sólo la suerte de llegar o no a la avenida de los consagrados. Donde ella se encuentra, estancada, insatisfecha, vale más la pena no seguir avanzando hacia adelante, la vena de los que acaban con vidas propias y ajenas. Desde esa bahía construida de sollozos y jadeos, pareciera que el vértigo no la alcanza. Al menos no hoy, que tiene a un hombre a quien amar entre sus brazos y piernas; al cual debe no asustar a toda costa. A pesar de que ello signifique mentirle y mentirse.
Pero el brillo en sus ojos, lejos de cualquier espejo que lo delate, reclama.

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