martes, 10 de enero de 2017

porosa reflexión


La jugosa carne de la prohibición que tu elegiste como camino,
la añoras y por ella te dejas devorar.
Te has hecho el reverso de un pecado que no existe,
que inventaste para hacer viable el continuar.

Secaste el deseo, apresaste la espontaneidad.
Ahora no habrá hay perdón, ni fermento que te deje ver la eternidad.

Maldito el año.
Nació. Separó. Prohibió. Se mató. Despertó.
Todo llega ya muy tarde. Todo ya llegó.
Todo árbol que apunta al cielo nace anclado al infierno.
Nada azaroso es producto de la única bestia capaz de medir y calcular.

Secaste el deseo.
Arenaste los días.
Viciaste el empleo.

Mamar la fruta prohibida.
Ahogarse en la fruta podrida.
Está la tierra ahora dividida,
entre los marchitos y los calcinados.

El juicio antes de tiempo, sentencia al perpetrado.
Más adentro de todo árbitro, se deshebra lentamente
El consuelo y la cordura.

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